Cuando fui joven,
niño o adolescente,
sí, entonces!,
entre sutiles cadenas,
débiles o imaginarias,
de difusa dictadura,
¿o estaba ya muerta?.
Sí, entonces,
cuando trascendencia era
cada libro, cada amigo,
paseo por la carretera
y la chica del domingo...
Y las notas!, eran buenas
si aprobabas matemáticas,
lengua, menor importancia,
y entre números y letras
el primer “poema”,
y alguna palabra nueva
como la de democracia...
Otra vez el sueño
y otra vez a casa,
al inestimable fuego
del amor del que eras dueño.
Soñé la libertad en esos lares,
cuando era libre, claro !.
Señores alcalde y concejales:
ahora , ¿qué sueño, qué hago?.
(En Catarroja, año dos mil nueve...)
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